domingo, 10 de marzo de 2013

Embalsamados


Alguien debe haber explicado ya por qué se embalsaman, y se preservan para la contemplación pública, los cadáveres de los líderes de izquierda. Lenin, Mao, Ho Chi Minh, la dinastía de los Kim norcoreanos, y ahora Chávez. Es un dudoso privilegio que comparten con muy pocos papas y con los Incas, porque los faraones eran momificados pero después sepultados lejos de los ojos de sus súbditos. Claro que los avatares de la historia modifican el propósito inicial: los faraones pueden acabar expuestos en un museo, las momias de los Incas no se sabe dónde fueron a parar, y algunos embalsamados como Dimitrov, Stalin o Gottwald acabaron siendo sepultados o porque el público les retiró sus favores o porque el embalsamamiento no fue tan bueno como debía. Pero los líderes de derechas no han corrido la misma suerte, incluso los que han promovido en vida el culto a su personalidad, así que esa costumbre ha servido para que los liberales hablen con sorna de los gustos momificadores que anidan en el corazón de la izquierda. (Mira por dónde, Lluis Bassets publica hoy en El País una columna hablando exactamente de eso).
Como la costumbre ha partido de Rusia -y fueron embalsamadores rusos los que la exportaron a su periferia- puede entenderse que tiene su raíz en el ateísmo militante que inspiraba a los bolcheviques y otros revolucionarios. Por descreído que fuese, ese ateísmo no dejaba de aspirar a algún modo de trascendencia y de eternidad: pero antes que hablar de un alma eterna de Lenin (habría sonado demasiado cristiano) optó por una eternidad más material, la del cuerpo, sostenida por el esfuerzo diario de los trabajadores -de hecho, mantener el cuerpo de Lenin da mucho trabajo.
¿Pero por qué de izquierdas? Ni los liberales, ni los neoliberales, ni los conservadores parecen hoy en día muy preocupados por ninguna trascendencia espiritual que no sea la de las expectativas de los mercados. No por ello dejan de interesarse por la eternidad, o por un tipo de embalsamamiento más sutil, virtual. Los discos de los Beatles seguirán generando lucros por los siglos de los siglos, promovidos por una actualidad eterna, y los adelantos de la ciencia (de la farmacología al photoshop) permitirán que todos seamos para siempre una especie de rolling stone (incluso los propios Rolling Stones) y celebremos nuestros noventa y cinco años practicando deportes radicales, siempre que hayamos tenido cuidado de pagarnos un buen plan de pensión. La tendencia a fingir eternidad está muy extendida, pero sólo la izquierda parece empeñarse en esa versión solemne y forense que consiste en disecar a los grandes hombres.



¿Por qué? Quizás lo que está embalsamado -se viene diciendo desde hace mucho tiempo- sea esa idea de izquierda y derecha. Es una de esas dicotomías muertas, injuriadas, desmentidas, relativizadas y arrastradas por el fango de la obsolescencia que sin embargo, siguen como siempre, a la vista y más vivas que todos los vivos de este mundo (como decía de Lenin el poeta Maiakovsky). Hasta consiguen extenderse hacia el pasado: a nadie se le ha ocurrido pensar que los faraones fuesen de izquierdas, pero eso sí se ha dicho de los Incas, y ahora es una idea extendida precisamente entre el izquierdismo andino.

¿Y qué es ser de izquierdas, aparte de ser adversario de las derechas? Si la izquierda es moderada es difícil llegar a alguna conclusión, y más difícil aún seguir en ella unos años después. Si no es moderada, el problema se mueve de lugar pero no desaparece. ¿Qué tienen de parecido Lenin, Mao, Chávez, los Kim y los Incas? Encontrarles un común denominador sería difícil, sobre todo para los de izquierdas. Para los de derechas no sería tan difícil: si hay cuerpo embalsamado y si hay largas filas para visitarlo es porque hay gente suficiente que cifra su redención en un demiurgo poderoso.

Pero si hay masas que esperan ser redimidas por un ser excepcional es porque ellas mismas llevan mucho tiempo reducidas a la condición de excepciones. En la regla no caben. Y lo que gobierna el mundo hoy por hoy es una regla infalible, infalible porque nunca tiene que dar cuenta de sus excepciones. Promueve la prosperidad general, pero eso deja, claro, algunas excepciones, que de vez en cuando proliferan mucho; ofrece la libertad y capacidad de gobernar el propio destino, salvo para esas excepciones que no consiguen aprovecharlas, y que a ratos parecen incluirnos a todos.
Es el mejor de los mundos posibles, aunque es natural que excluya a muchos, como es natural que los cadáveres se pudran. Las izquierdas tienen en común una especie de antipatía por la cruel naturaleza de las cosas, que les induce a recomponerla por medios artificiales y caros como el propio embalsamamiento. No es seguro que funcionen, puede que sean contraproducentes; pero lo que es seguro es que crean déficit, dicen sus críticos. Ellos saben perfectamente qué hacer con los embalsamados, pero aún no han imaginado dónde poner al montón de gente que les rinde culto.

PD: Como nada es simple, es bueno recordar que el decano de los embalsamados en exhibición no tuvo nada de comunista. Se trata de Jeremy Bentham, que aún no hace mucho tiempo presidía, parece, las reuniones del University College de Londres que él casi fundó, y aún sigue allí -véase la foto- casi doscientos años después de su muerte. Bentham fue el precursor más explícito del sentido común actual: de la prioridad de los derechos y la felicidad de los individuos a la defensa del bienestar animal, pasando por mucho utilitarismo. Fue disecado por uno de sus alumnos, por deseo explícito suyo y siguiendo técnicas maoríes. Como la cabeza del filántropo adquirió una expresión demasiado adusta, fue sustituida por otra de cera.

6 comentarios:

  1. Ufffff, no es para reírse pero qué carcajada absolutamente cómplice he soltado al llegar a esta frase: "¿Por qué? Quizás lo que está embalsamado -se viene diciendo desde hace mucho tiempo- sea esa idea de izquierda y derecha.", sin nombrar el tema faraónico... de veras, me parece un texto sublime, una crítica genial que comparto del todo desde lo más profundo, y que llevo tiempo tratando de transmitir como humildemente puedo, lamentablemente me faltan la calidad de tu prosa y muchos conocimientos. Aquí aprendí unas cuantas cosas... Gracias!!

    (Me lo llevo, con tu permiso, a compartirlo a una de esas malditas redes, a ver si alguien aprende algo, yo lo hice ;-) ).

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  2. Es usted un cínico, señor; alguien tan asentado en su cómoda vida que, o ha perdido por completo la perspectiva real de las cosas, o esos privilegios de los que disfruta le vienen de su alta cuna y no ha probado nunca las otras mieles de este su sistema perfecto: la de la pobreza y el sufrimiento.
    No entiendo que una mente cultivada pueda definir este sistema actual, como “el mejor de los mundos posibles”...¿ha perdido usted, su capacidad de imaginar, sus conocimientos de la historia humana...o simplemente la cordura? ; que no entienda que estamos solo a medio camino de lo que debe ser y todavía no es; que no entienda que la guerra de clases sigue en liza y sus eslóganes, mas en vigor que nunca; que esas “excepciones” a la “prosperidad general” son personas, que mueren de hambre o de mil penalidades mas, ante la total desidia de los conservadores... conservadores...ese suyo, es el argumento de la derecha; el hablar sobre las viejas ideas, ya trasnochadas de ricos y pobres; usted piensa que ya paso la hora de la reivindicación, de las huelgas, de hablar de proletariado y terratenientes, de Albas y Borbones...ese interés por olvidar lo ya andado no parece digno de un amante de las ciencias sociales... ni de la humanidad; parece mas bien, el intento de toda la vida de desmarcarse de la historia de los Fragas, Aznares y Rajois; desvinculándose a las torpes de una dictadura asesina y opresora...conservadores... los felices por el orden actual de las cosas... usted. No travista sus ideas, señor, y salga del armario; únase sin miedo a Pemán y todos los loadores del poder, que este articulo ya le habrá ganado la mano amiga de otro rico mas...que a usted, lo que le va en esta partida que lleva jugándose desde el principio de la sociedad, es poca cosa...solo sus privilegios.

    dv García (un don nadie mas)

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    1. Estimado Sr. García: No sé si yo soy un cínico, pero usted lee demasiado deprisa. Si leyese más despacio se daría cuenta de que, al menos en lo principal, estamos de acuerdo. Este es el mejor de los mundos posibles, salvo porque no lo es para la mayor parte de sus habitantes; luego no lo es, y por supuesto todas esas “excepciones” hacen muy bien en oponerse a él. O sea, está dicho con ironía. Me puede preguntar entonces por qué no me dejo de florituras y le llamo pan al pan y al vino vino. Es porque si alguna vez queremos librarnos de esas castas nefastas que Ud enumera, hará falta que los ciudadanos aprendan a leer entre líneas, y sepan de qué se trata cuando el aznar de turno les dice “pan”, les dice “vino” o les dice “España va bien”. Yo pongo mi modesta contribución para que los lectores se acostumbren a notar que las apariencias engañan, y cuanto más obvias parecen (el famoso “pensamiento único”) engañan mucho más. En cuanto a mi cuna de oro y a mis amigos pudientes pues la verdad es que ni lo uno ni lo otro. Pero le agradezco el comentario.

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  3. Estimado Oscar: He releído su articulo y sigo sin encontrar los apuntes que me hace. Quizás el problema es el sutil tono del discurso y mi progresiva insensibilidad por los echos que acaecen. Es posible que se me escape el matiz...es posible que el desengaño con estos tiempos y gentes me haya hecho mas radical; que entienda, y quizás subconsciente mente exija a la gente de letras, un mayor compromiso y dureza en la expresión; un posicionamiento mas claro; una clara alineación en el bando del mas débil, ahora que parece mas necesario y vital cerra filas y decir basta.
    Una vez leída su aclaración, no puedo mas que retirar lo dicho, pues en el espíritu de mis palabras no está el faltar, a cualquiera que abogue, con la intensidad que el libremente escoja, por el desheredado.
    Sirva esta para agradecerle su tiempo y templanza. Sincera y atentamente. dv.

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  4. Gostei muito do texto, Oscar. Sua ironia é viva quando impulsionada por esta espécie de pessimismo inconformado (que compartilho).

    Um belo texto, de esquerda. Obrigado.

    Abraços, Kaio.

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  5. Sr García, hace muchos años que sigo a Dn. Oscar Calavia tanto mediante sus libros como por sus trabajos en Revista de Occidente y otras varias y le aseguro que conociendo su andadura dificilmente se le puede tachar de lo que usted lo hacía en su primer escrito, ahora bien, es cierto que su lectura requiere una atención sin límites.
    Me complace observar cómo él ha aclarado y usted como no podía ser menos ha entendido, congratulado quedo por ello, pues soy un fiel lector del Sr Calavia.

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